Hoy, 24 de diciembre se conmemora el nacimiento de Jesús: se ponen belenes o, cada vez más, árboles de Navidad. Lo del belén parece obvio, pero ¿y el árbol?, ¿qué tienen que ver con la Natividad esos pinos, en puridad abetos, todos emperifollados? El vínculo lo estableció Lutero quien, en su afán por desmarcarse de la Iglesia católica y sus belenes, promovió el uso del árbol como señal de la Reforma protestante, aunque obviando que es en el Corán y no en la Biblia donde pone que María se apoyó en un árbol, una palmera, cuando le llegaron los dolores del parto. Todo ese simbolismo solo lo he visto en un árbol desnudo con espinas largas como dedos apenas vestido con lazos de raso carmesí: fue en Namibia.