Desde ayer, una nueva directiva europea brinda mejores condiciones a quienes buscan asilo. ¡Qué bueno hubiera sido festejarlo al compás del Festival Pirineos Sur y responder que las fronteras son mezcla! Una mezcla de avecinarse como la que reivindicaron en Canfranc evocando la apertura de su estación internacional. Pero no, las fronteras, dicen en el Gobierno, son barrera. Y ayer fue un día de duelo y de bochorno. España admitirá a 1.300 refugiados —de 40.000—. Ay, esas odiosas comparaciones. En 2013, España y Kenia tenían casi el mismo número de habitantes, pero en Kenia había más de medio millón de refugiados y en España, 4.600.