6 de noviembre de 2018

Hoy, en Estados Unidos, unas elecciones miden el poder de su presidente, Donald Trump. En Zimbabwe, otro presidente, Emmerson Mnangagwa, quizá recuerde que hace un año su destitución le llevó paradójicamente al poder. Las diferencias entre Trump y Mnangagwa son muchas y muy distintos son sus discursos: el de Mnangagwa se templó en la contienda civil y en la Guerra Fría; el de Trump se enardece con la beodez del poder. Sedientos de poder, algunos jóvenes ¿políticos? cercanos recurren al atajo del discurso incendiario olvidando que su fuego mata, vean sino la Alemania de Hitler, la Camboya de Pol Pot, la Yugoslavia de Milosevic, la Rwanda del Frente Patriótico...

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