La semana que viene, británicos y españoles están llamados a las urnas, aunque sea para votar aparentemente asuntos distintos. En el Reino Unido han de decidir si siguen en la Unión Europea; en España se eligen legisladores y, con suerte, Gobierno. Elegir y decidir son dos acciones que requieren disponer de datos suficientes para formarse un juicio sobre aquello que ha de escogerse. Pero si se carece de la información pertinente, la elección queda reducida a un mero juego de azar. El tono de las campañas no deja lugar a dudas, ¿qué apostamos?