El 14 de abril de 1920, las calles de Oviedo estaban desiertas y los comercios cerrados, aunque, a diferencia de hoy, era por una huelga general. Eso contaba la prensa de entonces, que además refería los flecos militares de la Primera Guerra Mundial, una guerra de verdad, no metafórica. Al tropo bélico no se recurre cuando se habla de la enfermedad de Chagas, sobre la que hoy llama la atención Naciones Unidas; tampoco son guerras las que libran los enfermos crónicos, cuya patrona, Lidia o Lidwina van Schiedam , recuerda hoy la iglesia católica. Pues eso, al pan, pan y al vino, vino.