Estos días pienso mucho en el matonismo de varios gobiernos que creyéndose superiores al resto se saltan las reglas del juego internacional. Pienso en los fracasos de quienes les precedieron y recuerdo que hoy, hace cuarenta años, los recintos deportivos en Sudáfrica quedaban exentos de la segregación racial, lo que suponía otro paso hacia el fin del apartheid, aquella discriminación llevada al extremo. Hoy también me acuerdo de que hace cincuenta años Young y Duke alunizaron para pasar tres días recogiendo muestras en la Luna. Entonces fantaseábamos con los viajes espaciales y la paz mundial. ¡Pena de sueños rotos!