Hoy, 29 de noviembre, se conmemora el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Me vienen a la memoria las elecciones de 1995: aquel Belén que se resistía al cerco inminente; aquellos profusos controles militares que hacían eternos trayectos cortísimos. Peor es ahora que los ocupantes siguen avanzando inexorables en su estrategia de hechos consumados para ocupar territorios, en su estrategia de hacerles la vida imposible a los palestinos para que se vayan o para que se ganen bien la cárcel, bien el destierro. Ni siquiera la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, puede ayudar mucho, siempre asfixiada por las penurias económicas.