«Hostels», un perverso legado del «apartheid»

Los ataques contra extranjeros ocurridos en abril pasado siguen dando que hablar, y no solo en los medios de comunicación. También han sido motivo de acaloradas discusiones en una reunión del Southern African Development Community (SADC), convocada, sin embargo, para hablar de otros temas.

Al fin y al cabo, dichas agresiones delatan un problema estructural cuyo quid se encuentra en el sistema para conseguir mano de obra barata, que empezó a generarse en Sudáfrica con el hallazgo y explotación de las minas de oro y diamantes a finales del siglo XIX y que se consolidó a partir de 1948 con el establecimiento legal del apartheid.

Quienes lo padecieron iban y venían de sus hogares, en la propia Sudáfrica o en países vecinos donde quedaba la familia, a las minas o las fábricas. Eran temporeros, en el sentido estricto de la palabra, cuyos contratos duraban entre 12 y 18 meses. Dada la provisionalidad de su estancia, se les alojaba en recintos habitacionales conocidos como hostels, término que podría traducirse por ‘albergues’, si no fuera porque, en general, cabría calificarlos de meros barracones.

Construidos cerca de las minas o en los townships —los suburbios destinados a la población negra—, eran esencialmente enormes dormitorios constituyendo desde pequeños edificios anejos a una fábrica, que albergaban menos de cien trabajadores, hasta extensos complejos capaces de proporcionar camas para 12 000 residentes. Su equipamiento era mínimo y sus instalaciones, precarias.

En las últimas décadas del pasado siglo, los hostels fueron escenarios de reivindicaciones mineras, algunas duramente reprimidas, gracias a las cuales se lograron mejoras considerables en las condiciones de trabajo. En los townships, los hostels se convirtieron en foco de acciones violentas, en muchos casos instrumentalizadas para obstaculizar las negociaciones que finalmente acabarían con las políticas del apartheid.

Hoy en día los hostels siguen siendo una realidad tanto en las minas como en los townships, donde la gestión de esos alojamientos suele ser pública, si bien las administraciones municipales y regionales competentes se ven desbordadas por los problemas que plantean, a pesar de los sucesivos planes diseñados y ejecutados para su transformación. Ya predijo Hendrik Verwoerd, arquitecto del apartheid, que los efectos de su construcción se seguirían sintiendo durante décadas.

Para ampliar detalles, v. fuentes:

— «SADC Summit: Robert Mugabe blasts migrant workers in SA», The Zimbabwe Mail, 29 de abril de 2015
http://thezimbabwemail.com/stop-sending-migrants-to-sa-mugabe/

— «5. The mining industry, migrant labour and hostels», O’Malley, the Heart of Hope
https://www.nelsonmandela.org/omalley/index.php/site/q/03lv02167/04lv02264/05lv02303/06lv02317/07lv02318/08lv02323.htm

— «Boipatong massacre – 17 June 1992», South African History Online
http://www.sahistory.org.za/topic/boipatong-massacre-17-june-1992

— J. S. Pienaar & C.E.Cloete, «Hostel Conversion As Social Housing In South Africa? Funding Regime Vs Real Needs. Case Study Of The Sethokga Hostel Conversion Project», Proceedings from the PRRES Conference – 2003, Ninth Annual Conference of the Pacific Rim Real Estate Society
http://www.prres.net/Papers/Pienaar_Cloete_Hostel_conversion_as_social_housing_in_south_africa.pdf

— Ed Stoddard, «South Africa’s migrant mine labour conundrum», AFRICA INVESTMENT, Reuters, 17 de octubre de 2013
http://www.reuters.com/article/2013/10/17/africa-investment-idUSL6N0I02II20131017

— «South Africa’s Mining Industry: The Trade Union Perspective», Meeting summary,
http://www.chathamhouse.org/sites/files/chathamhouse/field/field_document/20140428SouthAfricaMining.pdf

— Charlotte Mathews, «Digging deep for a solution. Why is SA’s migrant system so resilient?», Financial Mail, 10 de octubre de 2013
http://www.financialmail.co.za/features/2013/10/10/why-is-sa-s-migrant-system-so-resilient

 

 

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